CARLOS BONET. *Presidente de Vecinos por Majadahonda. Estoy asistiendo con mucho interés al debate que se ha producido sobre mi modesta persona a propósito de mi último artículo que recoge mi valoración sobre el último pleno del Ayuntamiento de Majadahonda celebrado el mes de octubre de este año 2021. Solamente dos ideas para agradecer a aquellos vecinos que dicen sintonizar con nuestro programa y comentarios, ya que no somos un partido político al uso y en nuestra formación caben todas las ideologías siempre y cuando tengan como objetivo la defensa de los intereses de la ciudad de Majadahonda y de quienes la habitamos. También quiero agradecer su opinión a mis críticos, algunos de ellos muy ácidos y lacerantes, rayando incluso el insulto personal, pero incluso en estos casos tan extremos y poco ejemplares creo que los que aspiramos a tener el honor de representar a nuestros vecinos debemos apretar los dientes y aguantar en defensa de la libertad de expresión. También advertir que si cualquier persona sobrepasa una determinada línea roja, la Constitución y el Derecho Penal nos defienden a todos si nos consideramos víctimas del abuso de esa libertad.
Nada peor que esconderse detrás de un anónimo para contestar, cuando yo he dado la cara para expresar mis opiniones. Sabiendo además que el anonimato absoluto no existe y que detrás de cada comentario en medios o redes existe un DNI digital, que es nuestro número de conexión a internet, que nos identifica ante la compañía contratada, el medio de comunicación y ante la justicia si fuera necesario. Dicho lo cual quiero aclarar que, en efecto, no pude acudir al último pleno, como ha sido habitual en estos dos últimos años, aunque sí lo presencié de forma virtual a través de la televisión. Y tiene su mérito, porque gracias a esas estrategias disuasorias que emplea la mayoría absoluta PP-Vox en Majadahonda, hemos sido solo 289 vecinos, de los 52.865 electores que tienen derecho a voto, los que lo hemos hecho, es decir, un solo 0,54% de la población. Todo un «éxito» de convocatoria y por eso desde «Vecinos por Majadahonda» nos comprometemos a subir esa audiencia empleando campañas y herramientas presenciales y digitales. Y apoyándonos en los medios de comunicación locales para incrementar la participación y sobre todo, convocando los plenos por las tardes, como llevamos en el punto 43 de nuestro programa. Si estamos en el Gobierno, lo llevaremos a cabo, y si es en la Oposición, no cejaremos de pedirlo en todos los plenos hasta la extenuación.
Nos enteramos ese mismo día, y con muchas incertidumbres, pues esta vez no hubo fotos ni anuncio oficial, que PP y Vox «abrían» el pleno con carácter presencial, algo que, por cierto, ningún partido pidió antes a pesar de que ya se habían levantado las restricciones de movilidad por la pandemia. Una vez más, Majadahonda ha sido una de las últimas ciudades de la Comunidad de Madrid en realizar plenos presenciales. Pero es que cuando los plenos eran «virtuales» tampoco oímos a ningún partido político reclamar los medios telemáticos habituales para que los vecinos pudieran llevar directamente sus problemas ante los concejales en el turno de «ruegos y preguntas». Un simple «zoom» o «meet» por cualquier plataforma digital lo hubiera permitido y una vez más «Vecinos por Majadahonda» se quedó sola reclamando ese derecho a los «ruegos y preguntas» que fue conculcado por esa mayoría absoluta. Ya lo dicen los clásicos: todo poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente. Próximo capítulo: «Las simpatías políticas de «Vecinos por Majadahonda».