Un pleno más, el alcalde de Majadahonda de la mano de sus socios de coalición hace que un mes más (y llevamos once) no se oiga la voz de los vecinos en el Ayuntamiento, suprimiendo de nuevo los ruegos y preguntas. Aún recordamos aquella vez que se pretendía ahogar la voz del compinche, y que leímos como un medio de comunicación precisamente salió en su auxilio por defender la libertad de expresión como derecho. Hoy, además de desagradecidos, se muestran todos ellos mismos como liberticidas. Nunca Majadahonda sufrió tal deterioro de las libertades públicas como ahora, sin transparencia, con una opacidad absoluta, un desprecio a todo y a todos. Lo están pagando con este fuerte malestar que se detecta en todos los barrios y urbanizaciones de la ciudad: cuando no son los jabalíes, son los deportes. Cuando no es la piscina municipal son los transportes. Cuando no es la nevada es el Covid. Cuando no son los colegios es el mercadillo, cuando no son los comerciantes son los padres de familias numerosas. El déficit de gestión es palmario y la gente ya no aguanta más. Tenemos Impuestos de Primera División, pero una gestión de Tercera División. A este paso, nuestro Equipo de Gobierno descenderá de categoría, pero lo más lamentable de todo es que van a arrastrar al municipio a los lodos del deterioro.
No obstante, «Vecinos por Majadahonda» quiere lanzar un rayo de esperanza. La de quienes siendo víctimas de tanto desatino tienen su alternativa, que proponemos una y otra vez: escuchar, servir, planificar. Escuchar a los vecinos, a las asociaciones civiles, a los demás partidos, aunque algunos estemos fuera del consistorio. Quizás algún día, si los vecinos así lo quieren, podamos estar dentro y necesiten nuestros votos. Y como dijimos en un pleno, siempre contaremos con todos los partidos políticos con o sin representación, así como con la sociedad civil. Entonces recordaremos este desprecio con el que han tratado a los que tan generosamente pagan sus grandiosos sueldos y asesores.
GOBIERNAN DESDE SU CASA A BASE DE «TUITS» Y NO COGEN LOS TELÉFONOS. Lo segundo que recomendamos es implantar un afán de servir a los demás, de servicio público: no se puede gobernar desde la cama o desde la casa, lanzando una docena de tuits al día como si fueran ordenanzas municipales. Una empresa (y el Ayuntamiento lo es, con el agravante de que maneja los caudales públicos que aportan todos sus vecinos y comercios) requiere que el jefe esté al pié del cañón. Y que los concejales, técnicos y cargos medios que lo gobiernan estén en sus puestos de trabajo o con un teletrabajo absolutamente ágil y con disponibilidad absoluta. Este Ayuntamiento, sin embargo, ni va ni tampoco coge ni siquiera los teléfonos. El estado de abandono, desidia y desprecio es un clamor.
«NO PODEMOS COBRAR IMPUESTOS A QUIENES IMPEDIMOS TRABAJAR». La tercera de nuestras propuestas, que quiere ser positiva y constructiva, reside en planificar: hay que anticiparse a los problemas, como hace cualquier gestor de pequeña, mediana o gran institución, como es la de Majadahonda, que maneja 75 millones de presupuesto y tiene un superávit abundantísimo. Adelantarnos al auge del Covid con medidas que garanticen la salud de los vecinos y de los negocios que están viéndose abocados a pérdidas. Hay que armonizar ambas cosas y no solo es deseable, sino que es posible y además urgente. Paralicemos de momento el cobro de los impuestos y que todos estos meses queden exentos. Ayudemos con el erario municipal y sus servicios gratuitos. Sienten en una mesa a los demás partidos y asociaciones civiles que estamos dispuestos a echar una mano.
LA ADICCION DEL POLITICO A HACERSE FOTOS PARECE MAS PROPIA DE REGIMENES TOTALITARIOS. Lo único que vemos es lo contrario: «engancharse» a las redes sociales no es la solución, tampoco una campaña de fotos que recuerda a los de esos dictadores de países totalitarios que aún quedan por esos mundos de dios. Y desde luego nunca ahogando la voz de los vecinos en los plenos. La nuestra, en la medida de nuestra fuerza y de quienes nos alientan y apoyan, sí que la va a escuchar.
DEBEMOS SABER EL NOMBRE DEL AUTOR DEL INFORME QUE «INFLÓ» LA FACTURA POR LAS PERDIDAS DE FILOMENA. Por otro lado, vamos con la penúltima de nuestro Ayuntamiento de Majadahonda. Nos preguntamos de que forma y manera han dado semejante presupuesto de pérdidas del arbolado, valorándolo en 14 millones de euros. No hay mejor transparencia, y que sea pública, que presentar un balance real con los daños ocasionados dando a conocer que personas han realizado dicho estudio para dar tan abultada cifra. De nuevo sale a relucir su falta de experiencia para ocupar un cargo de responsabilidad y administrar el dinero de todos.